Cuando una empresa revisa su factura de la luz o se plantea mejorar su gestión energética, suele encontrarse con dos figuras clave: el distribuidor y el comercializador. Puede que ambos formen parte del día a día de cualquier negocio, pero sus funciones y el impacto que tienen en la empresa son muy distintos.
A continuación te contamos en qué se diferencian y cómo puede influir esta elección en la gestión de tu energía.
¿Qué papel juega cada uno?
El distribuidor es quien se encarga de que la electricidad llegue físicamente a tu empresa. Mantiene la red eléctrica, repara averías y asegura que el suministro funcione correctamente. Lo que pasa es que no puedes elegir tu distribuidora. Esta está asignada por zona y es la misma para todos los negocios de tu área.
Por su parte, el comercializador es tu interlocutor directo. Es la empresa con la que firmas el contrato, la que te envía la factura y te ofrece diferentes tarifas y servicios. Aquí sí puedes elegir. Por ejemplo, puedes optar por una tarifa indexada si prefieres ajustar tu consumo a los precios del mercado, o por una tarifa fija si buscas estabilidad en el coste mensual. El comercializador también resuelve tus dudas y te ayuda a gestionar cambios en el contrato.
Saber quién hace qué ayuda a aclarar a quién dirigirse en cada situación. Si tienes dudas sobre el funcionamiento de tu contrato o buscas una atención cercana, lo habitual es contactar con tu comercializadora. Si se trata de un problema técnico, la distribuidora será la responsable.
Cambiar la distribuidora de luz: lo que realmente puedes hacer
En España, cambiar la distribuidora de luz no es posible, ya que la distribuidora depende de la ubicación de tu empresa como te decíamos antes. Lo que sí puedes hacer es cambiar de comercializadora, un trámite sencillo que puede suponer mejoras en el precio, la atención o los servicios que recibes.
El proceso suele ser rápido y no implica cortes en el suministro. Solo necesitas ponerte en contacto con la nueva comercializadora, facilitar algunos datos y, en pocos días, tendrás activo el nuevo contrato. Si te interesa saber más sobre los pasos concretos, puedes consultar la sección de preguntas frecuentes de Aletteo, donde explican el proceso con detalle.
Aprovechar el cambio de comercializadora es una buena ocasión para revisar si la potencia contratada se ajusta a las necesidades reales de tu empresa. Si tienes dudas sobre cómo hacerlo, el artículo Dimensionamiento de potencia para diferentes sectores del blog de Aletteo ofrece consejos prácticos para optimizar el consumo y evitar gastos innecesarios.
Decidir con quién contratar
Muchas empresas valoran la transparencia en la facturación, la flexibilidad para adaptar el contrato y la facilidad para resolver cualquier gestión. Un buen comercializador puede convertirse en un aliado que te ayude a identificar oportunidades de ahorro y a anticipar cambios en el mercado eléctrico.
La atención al cliente también marca la diferencia, pues contar con un equipo accesible y dispuesto a resolver dudas aporta tranquilidad y permite centrarte en el día a día de tu negocio. Si quieres comparar opciones, puedes echar un vistazo a las tarifas de electricidad que ofrece Aletteo, pensadas para adaptarse a pequeñas empresas y a grandes compañías.
Distinguir entre distribuidor y comercializador es importante para gestionar bien la energía en tu empresa. Aunque no puedes elegir quién te distribuye la luz, sí tienes la libertad de seleccionar la comercializadora que mejor se adapte a tus necesidades. Informarse, comparar y preguntar es la mejor manera de tomar decisiones que ayuden a tu empresa a ahorrar y a ganar en tranquilidad.